A veces me pregunto dónde estarán guardados aquellos primeros besos..., esos que se espaciaban eternidades entre ellos, escasos pero tremendamente valiosos, dados y recibidos a escondidas, furtivos, rápidos, casi robados.
Sosos en aquel momento pero dulces como el almíbar recordados con el tiempo. Torpes, poco hábiles, inexpertos, sencillos pero osados. Mecánicos, castos, puros, sin malicia, vergonzosos, secos pero nacidos de las ansias de asomarse a lo prohibido, a lo nuevo, al descubrimiento del incipiente deseo.
Besos con los labios cerrados pero con el alma abierta, besos como experimento vital, como inicio del camino, como transmisión del joven corazón a la boca, y desde ésta al resto del cuerpo, como tesoro guardado en paño de seda.
Que será de aquellos besos perdidos con la inocencia, pero no en el olvido de quien un día rozaba el cielo con cada uno de ellos, buscados pero jamás vueltos a encontrar...
Sosos en aquel momento pero dulces como el almíbar recordados con el tiempo. Torpes, poco hábiles, inexpertos, sencillos pero osados. Mecánicos, castos, puros, sin malicia, vergonzosos, secos pero nacidos de las ansias de asomarse a lo prohibido, a lo nuevo, al descubrimiento del incipiente deseo.
Besos con los labios cerrados pero con el alma abierta, besos como experimento vital, como inicio del camino, como transmisión del joven corazón a la boca, y desde ésta al resto del cuerpo, como tesoro guardado en paño de seda.
Que será de aquellos besos perdidos con la inocencia, pero no en el olvido de quien un día rozaba el cielo con cada uno de ellos, buscados pero jamás vueltos a encontrar...
|π$tinto©
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