viernes, 16 de septiembre de 2016

La Fórmula

Para conservarla y no perderla, había perfeccionado la composición de su infalible pócima con la experiencia en sus relaciones pasadas.
Quería permanecer junto a ella así que procuraba convertir en realidad la esencia de sus sueños, bañarla cada día con el elixir del amor en cada detalle, sin caer en la relajación de lo ya conseguido, de lo dado por hecho. Emborracharse con el tónico del deseo, para colmarla, para satisfacerla, para provocarle la sed que sólo él podría saciar.
Cada día intentaba embadurlarla con su ungüento y así tapar las grietas de la rutina, porque él estaba en posesión de la fórmula que todos buscaban...

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