sábado, 20 de agosto de 2016

Sin dilación

No le era necesario desnudarse delante de ella para alterar sus hormonas. No hacía falta enseñarle su torso para despertar su deseo, que era más que corporal, mental.
No utilizaba su cuerpo para mojar el de ella, porque fuera del alcance de sus ojos, también era capaz de entrar de lleno en sus más lujuriosos anhelos.
Unas palabra susurrantes, un movimiento concreto, un mordisco en el lóbulo, una caricia en el pecho, una lengua paseándose por su hombro...y le descontrolaba el cuerpo. Dejaba de estar bajo su razón y pasaba irremediablemente a estar bajo su mando, a expensas de lo que él quisiera.
Y ella notaba que él no quería otra cosa...
...salvo a ella,
...allí,
...en ese momento,
...sin dilación...

|π$tinto©

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