viernes, 19 de agosto de 2016

Perdernos

Nos encantaba perdernos, alejarnos de todos y de todo. Buscar nuestro tiempo, un encuentro que nadie perturbase, que no se contaminase con la casi dolorosa realidad, a salvo de peligros, distracciones y otras personas que nos pudiesen influir. Porque si nos queríamos y nos necesitábamos, ¿para qué más?...
Siempre tocaba volver, salir de aquel cobijo compartido, del lago de los sueños, deshacer aquel abrazo que sólo se aplazaba hasta otra ocasión, hasta que volviese a coger con firmeza los remos y navegase lejos de la orilla donde otros buscaban entre arena y fango, ese amor que diese sentido a tantas cosas.
Nosotros subíamos a nuestra barca de dos, proa al centro del estanque, y echábamos el ancla bien firme al fondo, sin deriva. Era nuestro sitio, nuestro momento, éramos nosotros, dejándonos mecer...
|π$tinto©

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